Recuerdo
El recuerdo me invade,
como dulce brisa de Oriente,
como viento brioso de Occidente,
y en su despertar melancólico
me pregunto si hice bien
en decirte adiós.
Intento evadir este sino,
pero por más que combato al destino,
la marea del buen recuerdo me arrastra
como tronco a la deriva a la catarata.
Tus dulces besos,
tus suaves palabras,
resuenan en mi mente
como eco en la montaña,
distorsionado y lejano
a la vez que claro y cercano.
Tú, que inspiras este poema,
¿cómo osas, aún siendo recuerdo,
a obligarme a escribir estas palabras
de desamor mortuorio
que intento enterrar en mi corazón?
El recuerdo me invade,
como dulce brisa de Oriente,
como viento brioso de Occidente,
y aún siendo brillante recuerdo,
te digo adiós, amor.
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